martes, 16 de noviembre de 2010

Bricolaje: Reflefloppy

Bienvenidos a la sección de bricomania impulsiva de Floppy (todos los derechos reservados, excepto el derecho de no seguir leyendo - hay que dejar espacio para la esperanza).

En esta ocasión, os presento un proyecto innovador, versátil, útil, innovador (ah, no, que esta palabra está repe), deslumbrante.

Sí, esa es la palabra correcta: deslumbrante.

Todos sabeis de mi falta de luz (no de luces, que os veo la risita) en el balcón.

Pues bien, mi mente, que no para (y así me va, para qué vamos a engañarnos), ha ideado la solución perfecta para hacer el ridículo. Esto... para conseguir algo más de luz en mi balcón.

Una de las ideas más acariciadas fue desviar sutílmente la farola que queda cerca, pero la deseché al darme cuenta de que no iba a poder pegar ojo por las noches. Siempre podia bajar la persiana, pero es que entonces por la mañana hay que subirla, y eso es demasiado ejercicio. Una cosa es tener colesterol, y otra trabajar en exceso.

Este proyecto, hoy una realidad, tenia como premisa el reciclaje, o mejor dicho, la reutilización de elementos cotidianos. Me ha quedado una frase realmente bonita, cuyo significado es: que no queria gastarme un euro, y algo habria por casa.

Gratis, gratis... esta palabra resonaba en mi mente una y otra vez.

Luz gratis... ¡¡¡la luz solar!!!

Nos ha jorobao, justo lo que me hace falta... y no tengo. Bueno, pensándolo bien, algo entra al balcón, aunque sea de refilón (qué rima más chula, tú).

Vale... algo de luz entra, llega a las plantas y... se da contra la pared. Y ahi se pierde. Cachis la mar...

Pensemos. ¿Y si pudiéramos hacer que rebotase en la pared, y llegara de nuevo a las plantas... por detrás?

Jopetas. Eso seria la leche. Luz por delante, y por detrás. Me recuerda a una canción de La Trinca.

Pues nada, coloco un espejo y... ah, no que ha de ser gratis. A ver... ¿qué hay por casa que refleje la luz?

Nada útil. Sólo montones de bricks de leche y zumo para llevar al contenedor de reciclaje y...

Ahora que lo pienso... por dentro tienen como aluminio, ¿no? Me suena de cuando los corto para utilizarlos en plantones... a ver... pues sí.

Manos a la obra, o mejor dicho, manos a la tijera y cuidado con los dátiles, que sólo tengo cinco en cada mano.

Dicho y hecho. Les presento...

EL REFLEFLOPPY

(Probad a decir el nombrecito mientras desayunáis cereales con leche)

Por delante:















Por detrás:


Que conste en acta que es un prototipo. El modelo definitivo será más chic. O no. Yo que se.